Shaya 2011.
Un Rueda sorpredente y, sin duda, el que más me ha gustado de todos los probados. Los viñedos de Shaya son 30,5 hectáreas de viñejos muy viejos de
Verdejo, con producciones muy reducidas. Al frente técnico de la bodega
está la australiana Belinda Thompson lo cual puede explicar que sea un vino poco "normal" para la denominación, mucho más mineral que la media. No soy capaz de encontrar las frutas que dicen detectar los entendidos pero es un excelente vino que se puede comprar por menos de 9 euros.
Finca Montepedroso Verdejo 2011
Otro Rueda, verdejo por tanto, nada habitual aunque menos destacado que el anterior. Por otro lado, me ha parecido que la homogeneidad de las botellas no está del todo conseguida, pero en esto del vino no hay forma de saber si la diferencia que se aprecia corresponde a lo que hay dentro de la botella o fuera, rodeando, la degustación.
La Bodega pertenece al conocido grupo bodeguero Familia Martínez Bujanda productor de vinos aceptables en otras zonas como La Rioja (Bodegas Finca Valpiedra) o La Mancha (Bodegas Finca Antigua).Quizá no sea un detalle irrelevante para entender su calidad.
Bolo 2012
Harto de pagar precios excesivos para la calidad ofrecida había dejado de lado los Godellos que estan entre los mejores blancos españoles. Este Bolo 2012 me ha reconciliado con ellos aunque sea de menor calidad que los grandes de la denominación pasados cuatro pueblos en precios(con As Sortes a la cabeza ya muy lejos de la calidad que ofrecía en sus primeras añadas). Es menos grasso y redondo que los de mayor precio, pero es un buen vino por menos de 10 euros
Detrás del mismo está Rafael Palacios hijo del elaborador en el Priorato de Les Terrases, Finca Dofi y L'Ermita.La bodega fue creada en 2004 crea su bodega en Galicia, Bodegas Rafael Palacios, en el valle del Bibei en Rúa de Valdeorras (Orense) bajo la Denominacion de Origen Valdeorras
Frente a ellos, decepcionante el Belondrade y Lurton 2011 un vino vuelgar que no guarda relación alguna con lo que ha venido siendo. Cierto es que en las últimas añadas ya habían dejado que desear pero este 2011 no guarda relación alguna con su pasado. Sin fuerza ni sabor, sin presencia alguna de madera, un vino vulgar de excesivo precio. Sigue gozando de nombre, y de ahí su presencia en la mayor parte de las cartas de restaurantes, y sigue vendiendo bien. Pero por lo que fue. No, en modo alguno por lo que hoy es.
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