COMENTARIOS ANÓNIMOS DE GASTRONOMÍA. La crítica gastronómica se ha convertido en un negocio. Debiera imponerse el comentario anónimo, para los productores y por tanto también para el cliente/lector. Como el rigor. No existe el paraíso ni la perfección. Pero la falta de profesionalidad cuando no el simple timo, en las cocinas o en la crítica, sí. De ahí Joe L. Montana.
monti otoño 2013
viernes, 29 de junio de 2012
New York, New York: comer bien sin arruinarse
"¡Ya está aquí con Nueva York, como
todos los años!", exclamarán aquellos que tienen la paciencia de seguirme desde Valencia.
Y sí, es cierto. Como (casi) todos los años no me resisto a darles cuenta de
algunas alternativas para comer bien en la, a mi juicio, ciudad más
espectacular del mundo (de las que conozco). Y si es cierto que no se la visita
por sus restaurantes, no lo es menos que en ella hay tal brutal competencia que
abundan los que ofrecen calidad (además de espectacularidad).
Lo malo, sin embargo, es que como la
rotación de locales que vemos en Valencia es casi tradición comparada con la de
la ciudad del Hudson, uno puede tener mala suerte. Por ejemplo, ir a visitar a
aquellos que parecen el mismo pero no lo es (cambio en propietario/cocinero
manteniendo el nombre) o aquellos que se van a ver abocados a cerrar al poco
tiempo debido a que no tienen calidad. Utilizar la guía Zagat es una opción (de
pago). Yo prefiero Tripadvisor que además de ser gratuito, permite conocer el
por qué de la puntuación otorgada.
Para aquellos que hayan decidido
visitarla en estos meses próximos he aquí algunas ideas por si les son de
interés. Y no olviden que en esa ciudad muchos restaurante permiten reservar
con antelación a través de Open Table. Para los restaurantes de los Estados
Unidos este servicio siempre me ha resultado excelente permitiéndome disfrutar
de algunas mesas espectaculares. En esta ocasión, he optado por comentarles
unos pocos nombres de dos tipos de restaurantes.
Restaurantes con vistas: es una opción a
conocer al menos una vez en la vida (y se puede una docena de ocasiones pues
mejor). Tener Nueva York a la vista cenando, aunque en verano sea casi un final
del atardecer, es algo que tiene pocas comparaciones. Como sigue cerrado el
mítico Rainbow Room en el sexagésimo quinto piso del Rockefeller Center, no hay
opción de visitar uno de los restaurantes con el jazz en directo más
espectacular. Pero existen alternativas aceptables aunque menos grandiosas.
Si a uno no le importa coger un taxi, en
rápido deterioro bajo el mandato Bloomberg tras aquellas magnífica gestión de
Giuliani, el River Cafe sigue siendo mi preferido. Eso sí, si vuelven por el
mismo sistema, no acepten un taxi que no sea de los amarillos porque pueden
tener alguna sorpresa con el importe de la carrera (al margen de no ser
legales). Si prefieren ir andando, mi opción es reservar en Asiate en el piso
trigésimo quinto del Hotel Mandarin con vistas sobre el Central Park y con una
cocina fusión interesante.
Ambos tienen la ventaja de que sólo
sirven menús (eso sí, con siete entrantes para elegir en Asiate) y lo tienen
actualizado en internet. De esta forma, uno puede indagar qué comer antes de
llegar y buscar si es necesario la traducción de algo que no entienda. En la
última ocasión en que he visitado el segundo, la calidad de la cocina me ha
parecido que había mejorado, pero, quizá porque estaba lleno, lo encontré un
poco ruidoso de más. Tiene también la desventaja de que bastantes de sus mesas
tienen algunos de sus asientos de espaldas a la ventana. Y aunque hay un espejo
para soslayarlo, no es evidentemente lo mismo.
Cerca de los museos. Es imperdonable
visitar la ciudad y perderse el MET. El problema si se sale a la hora de comer
o, si es viernes o sábado en los que se cierra a las 21, a la de la cena, es
dónde encontrar un restaurante. Es perder el tiempo buscarlo en la propia
Quinta Avenida que toda ella es residencial hasta casi la 59. Pero en la
cercana Madison, entre la 81 y la 82, se localiza Néctar (no tiene web propia)
en dónde se come muy bien y a precio aceptable (entre 25 y 30 € pro persona).
No es un restaurante de lujo ni
sofisticado. Pero la calidad es buena, las raciones abundantes y en general la
elaboración de los platos correcta. El único problema para los fumadores es
que, a diferencia de otros cercanos, no tiene mesas en la calle. Si está lleno
en la tercera avenida hay un bien número de opciones.
Por el contrario, cerca del MOMA, siempre
repleto en verano, no hay problema para encontrar un local aceptable. En mi
última visita probé el NY Thai & Sushi Bar y me pareció muy aceptable y no
demasiado caro para esa zona de Manhattan (40 dólares por persona, pero con
sake como bebida). En todo caso la calle 54W es conocida por la abundante
oferta de diferentes precios.
Los Cipreses de Usaldon. Un garnacha
espectacular de Viñedos Culturales
Unos buenos amigos de Alicante me
sometieron hace unos días a una cata ciega de un vino que me ha parecido
espectacular: el garnacha de Rafael Bernabé, Los Cipreses de Usaldon. Como les
digo, lo econtré impresionante, diría que único. Quizá con el calor que se
acerca no es el mejor momento para beber un vino con cuerpo potente, todo él
fruta madura. Pero a mi no me ha importando lo más mínimo. Les he comentado a
los descubridores que si consiguen más botellas, es difícil de encontrar en
Valencia y por lo que parece no en Alicante, me compren, por lo menos, media
docena. En la bodega lo venden a 11,95 (con IVA)
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