El problema se agrava cuando las fuentes de inspiración son demasiado homogéneas, por no decir siempre las mismas. Y lo son. Tanto que, como pasa con la mayoría de los vinos valencianos, empieza a aburrir tanto parecido. En restauración, no hemos superado todavía la etapa de la carta, en realidad menú encubierto, a base de los entrantes del chef, (algunos impresentables), por supuesto arroz (no pocas veces caldoso que es el más fácil de elaborar), un pescado, de Lonja por supuesto aunque sea de calidad discutible, y el corderito a baja temperatura o el cochinillo deshuesado, (en todos lados cocinado igual hasta el extremo de parecer industrial) y ya estamos entrando en la fase del abuso, que no uso, de los encurtidos. Un magnífico producto pero que incluso gestionado con cuidado cansa, saturar las papilas diría un cursi, con rapidez. Cierto es que al lado de los fallos de atención y servicio la cocina sigue estando por encima. En poco quiero comentarles los fallos de servicio que llevó sufridos en este 2013 en que arrasa la impresentable opción de poner platos a compartir (en postres es ya un abuso) en que no hay otra opción que meter las cucharas repetidamente. Hay mucho que aprender ahí fuera si se tiene ganas (y es obvio como digo que algunos la tienen). Hay, además mucho que incorporar dejando de lado a quienes tienen la fama, (y algunos como Andoni Aduriz cardan también la lana). Los locales que enumero a continuación, todos ellos en Madrid –a 100 minutos en AVE- podrían ser una fuente de inspiración para la cocina que hacen estos cocineros con ganas de aprender sin por ello abandonar sus raíces. También pueden ser ejemplo para mejorar el servicio (exceptuando el kafkiano sistema de reservas de Punto MX).
La posible inspiración que suponen es más útil que las reconfortantes visitas al País Vasco, las más frecuentes. Sin duda éstas son convenientes para el disfrute propio, (o para aprender si se realiza un stage lo que es profesionalidad en la gestión del local; de la cocina a la mesa, de la reserva a la despedida) pero no es seguro que sean las óptimas para su aplicación a la cocina valenciana, Por supuesto dejo al margen los que se dedican al laboratorio -esos que dicen que llevan años recibiendo un premio cada semana (patético cuando están pasándolas canutas fuera del monopolio del apoyo público)-en lugar de a los fogones. Mi opinión es que los vascos siempre lo van a hacer mejor (en la cocina, en las relaciones públicas y en los despachos). Y además están a escasa distancia de Francia, un (no) detalle que se transforma en un volumen de negocio que los restaurantes valencianos no pueden ni soñar.
Por todo ello sigue llenando y los fines de semana es imprescindible la reserva. Cuida además los vinos. Y lo que empieza a ser importante: tiene los que dice la carta que tiene, algo que falla en Valencia. Lo que no cuida es la información de la carta en la web que ha quedado reducida a la mínima expresión. Una contrapartida (negativa) del éxito. .
Subrayo que me refiero al de Madrid porque su relación gastronómica con el laureado de Lima es, fuera de pertenecer a la misma cadena, modesta según me comentan personas de las que me fío y que conocen ambos. Los ceviches tienen poco interés para el propósito de este comentario, pero no así otros platos y, de nuevo, el uso de las especias. Veo que ha cambiado de ubicación. La que yo conozco es la anterior, la del Paseo de la Castellana y siempre he estado en el comedor del semisótano. El servicio también para tomar nota ante el cutrerio valenciano creciente.
Los clientes de los restaurantes podremos ser muchas cosas menos tontos. Y sabemos, cada vez más, que las estrellas Michelin no se conceden a los cocineros sino a los restaurantes. Hacerse publicidad por una estrella de la prehistoria es hacer el ridículo. Aleixandre lo hace en su publicidad de Trenca-dish.
Además se pretende el chef de un bar de tapas con servicio impresentable que está, con toda razón, de capa caída. La noche de mi reciente visita que ya les relataré eramos tres mesas ¿Que ocurre cuando algún despistado pregunta por el chef; nuestro chef en la publicidad engañosa?. Raúl Aleixandre cocina bien, muy bien. Pero en 534 porque Trencadish lo pisa afterhours. Y fuera de los fogones, su actividad de promoción es un desastre total. Por no saber no sabe ni buscarse alguien que redacte correctamente y no repita la misma palabra en cada línea. Y una duda ¿qué son "los platos de siempre con los nuevos productos de la despensa valenciana? Lástima.
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Decepcionante
Firriato Camelot
Hay algunos comentaristas de vinos que sólo reseñan los que les gustan. No es mi caso. La información es igual de útil para bien que para mal.Este Firriato Camelot ampliamente glosado por la crítica italiana ha sido una decepción completa. Ya me ocurrió con la añada de 2001 más glosada todavía por los expertos. Me gustan los vinos sicilianos. Incluso los de Planeta. Pero éste de tanto nombre, no. Nada de nada



Completamente de acuerdo. De la primera a la última palabra. Esto es un bodrio de oferta más igual que los días a pan y agua.
ResponderEliminarAl comentario anterior de anónimo: Pues el bodrio de oferta, en el sentido de toda igual o parecida , es como en cualquier lugar del mundo. Si uno va a India o China, o a Francia o Italia, acaba de la comida de allí hasta el gorro. Otra cosa es que la variedad en España, fuera de las dos grandes ciudades,sea ínfima.
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