Entrante con champagne (como debe ser) en Le Clos de la Violette (Aix-En-Provence). |
COMENTARIOS ANÓNIMOS DE GASTRONOMÍA. La crítica gastronómica se ha convertido en un negocio. Debiera imponerse el comentario anónimo, para los productores y por tanto también para el cliente/lector. Como el rigor. No existe el paraíso ni la perfección. Pero la falta de profesionalidad cuando no el simple timo, en las cocinas o en la crítica, sí. De ahí Joe L. Montana.
monti otoño 2013
martes, 18 de septiembre de 2012
L’Escaleta: excelente chef (de propuestas irregulares) y un penoso servicio de vino
La
apuesta de mantenerse a los pies de Sierra Mariola de Kiko Moya es admirable. Su capacidad
como cocinero también. Pero para incentivar el desplazamiento desde Valencia necesita
más regularidad.
Joe L.
Montana
Llevo
muchos años yendo a L’Escaleta. Siempre he salido con la misma impresión:
la de un admirable restaurante al que sin embargo le falta regularidad en sus propuestas.
Y con algunos fallos difíciles de entender a los que se añade, desde el
desarrollo de internet, la falta de
aprovechamiento de sus posibilidades. Vaya por delante que resido en Valencia,
conocida hoy en España por la suciedad de las calles del centro histórico según
he podido comprobar, con pesar, en mis recientes viajes de trabajo. Y que
desplazarse a Cocentaina supone dos horas de coche (una en cada sentido) a
pesar de la autovía. Por tanto, visitar este restaurante tiene un coste
suplementario cuando la oferta en Valencia, crece, crece y crece…En ese
contexto, el trabajo Kiko Moya ofrece
aspectos muy favorables. Pero también otros que no lo son no tanto del local
donde trabaja.
Como
elementos favorables, aunque no gastronómico, L’Escaleta tiene el admirable
rasgo de haber permanecido fiel a su origen en la Sierra Mariola y a su tipo de
cocina, en medio de una zona duramente castigada por la recesión de la
industria. Y otro tan destacable, este sí gastronómico, como el anterior:
mantener la innovación, dentro de una calidad muy por encima de la media, de forma que su carta es modificada con cierta
frecuencia lo que da la posibilidad de
degustar [casi] siempre algo diferente.
Dentro
de la Comunidad Valenciana, ha sido en L’Escaleta dónde he comido algunos de
los platos más espectaculares.
Durante
años su pichón me cautivó y tras encontrarlo mejor en otros sitios, algunos de
sus pescados (como el salmón allí ahumado que sólo permaneció en carta durante
un tiempo breve) me han mantenido viva la curiosidad a pesar del desplazamiento
y la mayor competencia. La carta de vinos de Redrado, por otro lado, casi siempre
contenía alguna novedad interesante – o varias- dentro de una oferta, que sin
ser la de La Tour D’Argent, era espectacular. Y todo ello con unos
precios moderados en platos y en casi todos los vinos. No tanto en algunos extranjeros.
Pero éste es un mal general provocado por los distribuidores a cuyos abusos
dedicaré algún día un comentario.
Pero también ha sido en L’Escaleta donde me he
encontrado las propuestas más decepcionantes (dentro de uno de los mejores
restaurantes que tenemos que eso no está en duda). Recuerdo haberles comentado
ya aquel entrante de berberechos con un granizado, creo que de limón, en el que
el número de moluscos fue exactamente de tres. Y la semana pasada les mencionaba
las mini copas de, según nos dijeron porque no mostraron la botella, Egly Oruet de mi última visita. No les
puedo precisar más sobre el mismo tampoco no se me dio la información de cuál
de los que produce este productor era a pesar de pedirla. Me callé porque iba
con amigos que lo de quejarse les violenta.
Entre
una y otra decepciones varias y platos que rozan la perfección. Entre las
primeras un arroz de vistosa presentación pero con excesivo aceite o postres
nada logrados (como el de la camomila ya eliminado creo). Por no mencionar que
casi siempre me decepciona su entrante de la casa y esa grasa con romero que
pone. Ahora, de nuevo porque ya lo tuvo, ofrece piel de bacalao frita. No pido que
se ofrezca las que le acompaño en imagen pero sí algo más innovador.
También
ha habido grandes logros. De lo probado en la última ocasión no destacaría el tartar
de remolacha con verduras encurtidas, en donde el encurtido domina, aunque nos lo ofreció el jefe de sala Andrés,
junto con el decepcionante tocino de cielo como las grandes novedades. Pero sí hay que destacar la espectacular
calidad de los pescados (San Pedro y mero) sin que a todos nos gustara la
elaboración con el pil pil de cabezas del primero. Y menos apreciada la presa, excesivamente
grasa. Tampoco comparto la admiración de Moya por esa combinación del queso de
almendra con aceite, y algo de miel, que
supera los límites de mi aceptación oléica. Es cierto que se puede moderar su ingesta
comiendo con cuidado solo el queso con la miel dejando el aceite en el plato.
Pero también lo es que en tal caso la combinación pierde el sentido con el que
ha sido creada.
Pero
sobre todo, no entiendo y me irritan, no
lo quiero negar, dos aspectos. Primero por qué la web no está hecha para
informar al potencial cliente en lugar de llenarla de fotos de los propietarios
(y su perro). La actual, de una egolatría que no me cuadra con la imagen que
tengo de este chef, figuran tres menús pero no la carta y sus precios que la
tiene. Y de vinos, ahora presentan una lista de sugerencias frente a la carta
completa, nada de nada (en mi máquina al menos). Por no figurar en la nueva web
no figura que la autovía está ya terminada lo que hará que más de un novicio se
pase de salida. Si hay que desplazarse hasta Cocentaina opino que sería de gran
utilidad saber qué se va a poder tomar y si apetece o no lo que ofrece.
Y
segundo, y no insisto ya que lo comenté hace siete días con las
descalificaciones del sindicato enófilo que padecemos: desde mi primera visita,
hace más de una década, en ninguna
ocasión he podido tomar el vino cómo y cuándo quería que para eso lo elijo y lo
pago. Ni con el local vacio ni más lleno. Redrado –cuyos conocimientos no
discuto- oficia con una parsimonia de movimientos, de entradas y salidas a ninguna parte, que han acabado
con mi paciencia. Será un error, pero la apariencia es que le importa un comino
si el cliente (que no conoce y que le lleva prestigio -y negocio- aparejado) ha dicho que quiere tomar una copa antes de empezar a comer o si
ve, al pasar por delante, que están ya acabando
el primer plato y no tienes el vino. Eso al margen de descalificar unos vinos que tiene en su carta
frente a otros cuando son los que le he pedido (porque me gustan). Para mi el
servicio de vino no es una Riedel ni una conferencia sobre la elaboración del vino que he pedido. Menos todavía el envinado de copas que, como profesional,
Redrado no practica.
No logro entender este comportamiento ni menos encontrar otro adjetivo que no sea
inaceptable. Así que a pesar de mi
admiración por Moya y de su incuestionable calidad creativa o de la materia
prima con que trabaja, tardaré en volver. Su copropietario ha acabado por hartarme.
Espero que ustedes tengan más suerte y no les ocurra lo mismo.
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Me parece injusto achacarle al cocinero los defectos encontrados en el servicio de sala. Yo sería partidario, y le recomendarñia, hacer críticas divididas en los diferentes aspectos a valorar. Uno puede tener una web de pena y ser un genio de la cocina.
ResponderEliminarGrácias por su atención. Es una opción que he utilizado en ocasiones. Pero para mi gusto es demasiado rígida. Al margen, opino -en eso me reconozco muy "michelino", que un restaurante es el conjunto de cualidades y defectos que lo caracterizan.
EliminarMontana, no et talles i segueix com fins ara. Tens el suport de molts front a les desqualificacions gratuïtes d'alguns espavilats. Endavant!
ResponderEliminarGràcies Pacou!. No és fàcil però. Jo no em dedique a aixó i més que tanta desqualificació, m'afecten les decepcions.
EliminarYo desde que Redrado nos dió un vino en mal estado y se negó a reconocerlo aduciendo que era debido a que la "cosecha había sido compleja", (un La Calma creo que 2005 pero no estoy seguro de la añada) (lo cambiamos y pagamos las dos botellas y en paz) no he vuelto. Ni pienso hacerlo. Que vayan sus amigos. Hay muchos con menos ínfulas y tan buena calidad.
ResponderEliminarGracias por su atención. Disculpe el retraso en la publicación (no es automática por el spam que es excesivo todavía). ¡Como se enteren algunos de VEREMA -empezando por el señor Contreras- se la va a ganar usted!
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